jueves, 5 de mayo de 2011

Whatever Nro 6: Despojando esas remotas vendas


              :: La Momia, primer exponente santafesino del punk rock en los años 80´s.

20 años y monedas… para algunos nostálgicos es demasiado tiempo, para otros no son nada. Lo real es que son bastantes días transcurridos. Dos décadas más tarde, se abre lentamente este sarcófago empolvado, muchas veces cerrado por propia decisión de su propietario e inquilino más fiel.
Bar, cervezas frías y más tarde pizzas, el menú punk servido en la mesa y las vendas comienzan a desenrollarse para ver ese rostro oculto y misterioso. Esta atractiva expedición nos retrotrae hasta el año 1986. Miguel (en aquellos años alternando su estadía entre Santa Fe y Rafaela), alias Ralf Kaserta & Jorge, alias Poxirrán son nuestros primeros guías. Viejos conocidos del rrioba y el colegio se aventuran en un arriesgado viaje impensado contra la sumisión instituida y la castración que aún perduraba en la aburrida comarca de la siesta eterna.
Pocos medios locales hacían real eco de lo que se había gestado algunos años antes en buena parte del país luego de la cruenta dictadura militar y post guerra malvinense. Nacían a la par algunas radios F.M. para acompañar mínimamente esta nueva expresión artística dejando atrás esa “música romántica berreta para tu raída almohada de arena” (Ralf Kaserta dixit) que mínimamente había comenzado a cambiar algunos años antes con la aparición de Enola Gay (banda new wave) con algunos esbozos punks en su música.
Pero en esta misión, como en toda misión, faltaban algunos agentes para completarla. Allí aparecen Pitín alias DDT y Harry (rosarino él y también integrante de los también pioneros en su ciudad Eskoria) en guitarra y bajo respectivamente, Ralf haciéndose cargo de los parches y Poxirrán en voz, para vomitar los pocos escenarios disponibles bajo el atrevido y genial nombre de Los Deskrria2 (“queridos u odiados pero jamás olvidados”, según el propio Ralf Kaserta).
Influencias?, punk rock obviamente… Sus letras?... como detalla la real academia española del término descarado: “Que habla u obra con desvergüenza, sin pudor ni respeto humano”…
El testigo físico mudo del debut de este nuevo combo fue el Colegio Belgrano, al sur de nuestra ciudad, en una primavera del ’86 ante la atónita mirada (y oídos vírgenes de punkitud) del público presente que enseguida supo que ya existía la versión local de lo que pasaba en Capital Federal y otras ciudades argentinas, una banda que “no hablada de amor hueco ni de muchachas cabeza de trapo” (nuevamente Ralf acotando). Santa Fe, ciudad cordial y “Chica Anticonceptiva” fueron sus primeros himnos y así festejaban la llegada del punk rock como expresión cultural para quedarse, haciéndose también notar en sus presentaciones en las peñas de los colegios secundarios (incluídos colegios privados de monjas con escándalos adosados), una de las mejores maneras en aquella época de enganchar adeptos desconocidos.
En medio de este atrapante relato, Niko confiesa con emoción evidente que su vida cambió en aquel momento haciendo un verdadero click cerebral cuando caminando por calle San Gerónimo, en pleno carnaval santafesino, escucha algo novedoso por los parlantes que se colocaban en las calles en estos festejos… era la música de Deskarria2 sonando a la vez que se los criticaba despiadadamente por algún locutor radial enojado ante semejante “expresión cultural” en ese festival en Plaza del Soldado...
Mucha actitud, muchas cosas por decir y sacar mucho afuera principalmente de ese adentro tan censurado… corridas y peleas casi naif comparadas con la violencia social actual, Dead Kennedys, puteadas, Ramones, muchas esquinas, camperas de cuero negro, The Clash, pines, fotocopias, tamilán, pelos parados (algunos teñidos), remeras “hazlo tu mismo”, cintas gastadas y trabadas, viajes a Rosario en tren sin sentido en plan dados vuelta, viajes a Rosario con mucho sentido a ver y conocer nuevas bandas y amigos, aerosoles, pastas, borceguíes, revistas, el bar “Las Cuartetas”, el “Guyana zine” de Ramiro Espinoza, cervezas, Utopía Records en Rosario, jeans rotos, “mucha oveja, mucho rebaño” escupe Poxirrán fumando un cigarro tras otro, “mucha bronca, mucha mierda” remata… y los siempre presentes Pistols ante todo como referencia absoluta.
Ya para 1987, se da lugar por primera vez en la ciudad “el primer festival de música punk de Santa Fe”, según la crónica detallada un día viernes 23 de Octubre de ese año bajo la pluma ajustada de Hugo Trédici. Deskrria2 junto a Mano de Lana, directamente desde la Chicago argenta y con el acompañamiento local de Proyecto BH dieron lugar en el desaparecido “Teatro Arena” de calle 25 de Mayo (entre La Rioja y Catamarca) lo que sería una seguidilla de gigs autogestionados en este espacio hoy devenido en un templo de cierta clase de fe. Como toda buena y real banda punk del momento, se separan, para luego volver, pero ya con otros miembros y también a la par, aparecerían nuevas influencias, más cercanas al primitivo hardcore, es decir, la misma temática pero en un tempo mucho más anfetamínico. Nuevamente aparecen sus líricas putrefactas esparcidas a un público que no solamente contaba con amigos o conocidos, sino en nuevos oyentes que llegaban a verlos por el siempre efectivo y nunca pasado de moda: “boca a boca”.
La leyenda cuenta que, la momia realmente existió y vivió en nuestra ciudad. Ellos mismos me muestran hasta una foto analógica escondida por años. Aparecía cada tarde golpeando una pared sin ningún sentido por horas cerca de aquellos improvisados ensayos con equipos alquilados, los cuales también formaban parte de sus shows.
Casi como de casualidad (o causalidad), ya que era plomo de la anterior banda, Hugo (“Pechi”) enseguida se hizo cargo del micrófono vacante y de las nuevas letras, casi todas escupidas por la aguda tinta de Poxirrán, el cual tomó el bajo eléctrico. La guitarra incendiaria quedó en manos de Niko y en la batería seguía Ralf Kaserta. La nueva versión se bautizó como aquel vecino que contemplaban golpear sin sentido alguno cada tarde… La Momia de Perón, luego La Momia de Eva Perón, después La Momia de Eva… La Momia a secas para siempre...
Dios está muerto”, “La resaca”, “Estoy podrido”, “Buenos Sentimientos”, “Vaquero Homosexual” fueron algunas de las canciones compuestas en su fugaz y veloz carrera.
Luego apareció Henry alias Bela Torio en voz y la banda se separó a comienzos de los ‘90 luego de dar shows que quedarán para siempre grabados en la memoria de todos los testigos. No queda tampoco ningún registro en audio “oficial”, quizás haya alguna cinta olvidada en vivo o algún ensayo o en manos de alguien que no recuerdan, aunque sus “planes” nunca fueron programar nada.

Las vendas se comienzan lentamente a ajustarse a ese cuerpo que vuelve a su eterno descanso en ese sarcófago que se limpió de viejo polvo aunque sea por unas breves horas.-
Por mi parte, mi inquietud personal está cumplida y con creces… Salud muchachos y gracias por permitirme abrir este sarcófago.-

> Por
José I. Alfageme.

Agradecimientos: Miguel de la Riva (material gráfico de la época), Jorge Costa Grether, Hugo Noceda, Nicolás Trempos.
Fotos: Lucas Lapalma



          :: Hugo, Jorge, Miguel y Nico (La Momia), junto a José I. Alfageme (Whatever)

miércoles, 4 de mayo de 2011

Whatever Nro 6: Elephant 6 Recording Company


:: Robert Schneider en el centro de la imagen, cofundador del sello Elephant 6 y músico de The Apples in Stereo

1976. El punk comienza a tener varios exponentes en Inglaterra, unidos en una cruzada contra un modelo social y cultural que no representa en nada a los jóvenes, sumados a una profunda crisis económica que los margina día a día.
Las bandas del underground expresan su descontento contra la cultura dominante tomando variadas actitudes que transformaron en tendencia una respuesta liberadora que se desvaneció en poco tiempo. No obstante, uno de los  lemas signados por los grupos del movimiento punk, dejaría su marca y tal vez una de las mejores enseñanzas surgida en esos años: el Hacelo vos mismo - DIY (do it yourself).  Años después algunos músicos tomarían como estandarte y modelo a seguir este concepto de independencia y autogestión.
En los años 80s los nuevos géneros musicales provenientes de los Estados Unidos alzan la bandera del DIY y comienzan a generar movidas que con el tiempo ganan seguidores que disfrutan y revalorizan la llegada de la música y los productos con pocos artilugios corporativos. Casi a fines de la década un nuevo término invadía las radios universitarias y ganaba terreno entre el público que desestimaba la grandilocuencia concebida por el glam metal y el hard rock, la palabra era Indie, y refería en un principio a la manera en que se manejaban determinadas bandas y principalmente a sus modos operandis de marketineo (independientes de los sellos y compañías multinacionales). Primeros exponentes de este lado del Atlántico: Hüsker Dü, Fugazi, The Replacements, Sonic Youth, Daniel Johnston, Yo la Tengo, R.E.M… entre otros.
En los primeros años de la década del noventa una gran cantidad  de grupos que editaban en sellos independientes comienzan a ser rebautizados (por la prensa) como bandas de género indie rock. Y ahí la cosa toma otro color, toma otras influencias y se permite abrir el panorama musical hacia otras vertientes más experimentales.
El sello independiente al que pertenecieron algunos de los grupos más trascendentales surgidos en la era administrativa de Clinton, es Elephant 6 Recording Company, un colectivo de músicos americanos fundado en Lousiana por cuatro amigos del secundario: Robert Schneider (de The Apples in Stereo), Bill Doss y Will Cullen Hart (de Olivia Tremor Control), y Jeff Mangum (de Neutral MIlk Hotel)… quizá las tres bandas que mejor representaron al sello, sin olvidar, ni quitar mérito a Of Montreal, Elf Power y Beulah, que supieron mantener la llama viva del indie por esos días, aunque a la hora de las etiquetaciones el rótulo indie rock o indie pop iba acompañado de definiciones un tanto más pintorescas y llamativas como Pysch pop, Lo-fi, Neo psychedelia, Fuzz folk, o rock experimental a secas.
Compartiendo un predilecto gusto por la psicodélia de The Beach Boys, The Zombies, Syd Barret, y las grabaciones de Phil Spector, la alianza de estos amigos formó una fuerza de autogestión funcional que le dio tanta fama al sello que después de un tiempo largo de editar bandas, consiguió que los medios renombrasen un nuevo género o utilizaran como etiquetación el nombre del sello: Elephant 6… todo grupo vinculado al indie rock con tintes psicodélicos, de nombre extraño y vestimenta llamativa caía bajo este nuevo nombramiento.
Músicos, amigos y colaboradores ayudaron a que el sello crezca, organizando giras en las que participaban todas las bandas y músicos, creando sus propios estudios de grabación, pero la mayoría de las bandas posteriormente firmaría con sellos discográficos más importantes logrando que Elephant deje de funcionar mediante unos años hasta que en 2007 el logo del sello se vio nuevamente en la contratapa del nuevo disco de The Apples In Stereo, anunciando que Elephant 6 Recording Company volvía a abrir sus puertas para continuar vitoreando la vieja y enriquecedora frase do it yourself por un tiempo más en la escena musical.

> Por  Lucas S. Lapalma


Discos esenciales del sello:
* Neutral Milk Hotel – On every island (1996)
* Elf Power - When the red kings come (1997)
* The Minders – Hooray for Tuesday (1998)
* The Gerbils – Are you sleepy (1998)
* Of Montreal – The gay parade (1999)
* The Olivia Tremor Control – Black foliage animation music vol. 1 (1999)
* Major Morgan and the adding machine – Mm&tam (2001)


domingo, 1 de mayo de 2011

Anti-Nowhere League en Brasil


La mítica banda punk rock inglesa, Anti-Nowhere League, tocó en San Pablo (Brasil) el pasado 26 de marzo. Nuestro amigo Juan viajó para verlos y nos cuenta lo que pasó esa noche.  > Por Juan C.

La noche de São Paulo estaba caliente y el lugar de la cita llamado Club Inferno parecía darnos un indicio de lo que se venía. Puro punk rock con tintes heavy metal que Animal y Cía. iban a entregar con violencia. La concurrencia no fue tanta y se podría decir que no había mas de 300 personas. Las bandas soporte no dijeron mucho y el lugar transpiraba expectativa por los ingleses. Para mi sorpresa, al estar en la barra disfrutando de una cerveza veo pasar a los Anti-Nowhere League como si pasearan por su Tunbridge Wells natal. Me acerqué a saludarlos pero estaban en camino a los camarines y sólo pude sacar un “Hola, amigo” de su frotman.
Llegó la hora y sin ninguna introducción ni presentación oficial los 4 bárbaros vestidos de cuero salieron a atacarnos con todo lo que tenían. Sólo Animal queda de la formación original y desde el 2002 se presenta con el carismatico Shady en bajo y la excepción es el  guitarrista Tommy que entró ahora.
La velada arrancó con el clásico “I hate people” y un beat más rápido como nos tienen acostumbrados en estos ultimos discos más “ramoneros” por así decirlo. Sin pausa alguna siguieron con “Nowhere man”, “Let’s break the law”,  “We will survive” y “At the end of the day” de su último trabajo Road to rampton. La lista de clásicos alternados con temas de sus últimos discos seguían  con un Animal al que se notaba afectado por el calor pero que no bajaba la guardia enfundado en su cinturón con una hebilla gigante de Triumph (su marca preferida de motos).
El público por momentos se mostraba un poco frío pero la comitiva argentina se hacía notar y, cuando la banda empezó con los primeros acordes de el cuasi-himno al desengaño amoroso “Woman”, la gente volvió a vivir y dar su apoyo coreando casi todo el resto del show.
Llegó el momento cúlmine de la noche cuando Animal nos dio la introducción a “So what”, comentando que fue versionado por una banda de heavy metal pero aclarando que “La única forma de tocar este tema es con un estilo: punk rock”. La concurrencia explotó, y la noche de São Paulo se volvió perfecta.
Dejaron el escenario con 14 temas a cuestas ¡pero la gente quería más!  Y como ya sabíamos, “La Liga“ no nos iba a defraudar: Sin mediar palabra arrancaron el bis con el dedicado “For you”, siguieron con “Pig iron”, “Never drink alone”,  y a la hora de presentar “Wreck of nowhere”, Animal contó que solía ser skinhead, con sus tiradores y botas gigantes…¿Se lo imaginan?. El tema largo con un beat reggae, pero terminó como debía ser: a toda velocidad. Cuando creía que habían dejado el “Scum” fuera de la lista, sorprendieron a todos con dos verdaderos himnos de este excelente trabajo del año 1997 que, en mi opinión, representa unos de los mayores exponenetes del sonido punk-metal: Primero el fiestero “Fucked up and wasted” y luego el apocalíptico y anárquico “Burn ‘em all”. La banda había dado todo y el sudor y la cerveza habían inundado el lugar, pero con su último respiro nos dieron el toque de gracia: Sí señores, “We are the league” para cerrar con un broche de oro con los músicos agredeciendo a los presentes y predicando que somos los últimos soldados aguantando por el punk rock. Tuve la suerte de poder pasar a camarines para sacarme la respectiva foto con estas leyendas, darles mi agradecimiento por el show y exigirles que hagan unos kilometros más para que Buenos Aires pueda disfrutar de su música. LONG LIVE THE LEAGUE!



           :: Juan C. y Animal (Nick Culmer) de ANL después del show.