viernes, 29 de julio de 2011

Whatever Nro 8: Derribando mitos

:: EDITORIAL... Eddie Pequenino















Cuántas veces  escuchamos  y  afirmamos  que  Sandro  fue  nuestro  primer rocker? Que en paz descanse  y  gloria  eterna para el gran Roberto Sánchez, pero la verdad no fue así.
No se trata de desvalorizar en absoluto su aporte, quizás  sí  fue  uno  de  los primeros  que  imprimió un estilo  como  frontman (inspiradísimo  en  el  Rey Elvis Presley) y también en cantar en  castellano de una manera quizás hasta ese momento, inusitada en nuestro país.
La realidad es… que existió alguien  al  menos  una década antes de la aparición pública del “Gitano” y este fue Eduardo Pecchenino. Nacido  en  1928  en Villa Urquiza e hijo de inmigrantes italianos  de  origen lombardo, fue conocido con el nombre de Eddie Pequenino, fundó  la  primera  banda  de rock and roll rioplatense y argentina, en el año 1957, llegando  a  grabar  con su banda las primeras canciones de este género en nuestro país.
Ya  venía  en  el  ambiente  musical  desde 1946, conformando  una  excelente banda de Jazz denominada Los Colegiales  donde ofició de “crooner” y luego, como trombonista, hasta llegó  a integrar  la  orquesta  del  consagrado  Lalo Schiffrin.
Ya entrados  los '50, comenzó  a  interesarse  en  los  ritmos  afroamericanos como el rythm and blues  y  más  tarde, el  floreciente  y salvaje rock and roll.
Grabó en la ciudad de Rosario  con  el nombre  artístico  de  Eddie Parker  un álbum  llamado  Eddie Pequenino & su rhythm band  y  editado  en  aquel  momento por el sello Embassy.
Ya en 1957, inspirado en el éxito arrollador  de Bill Halley & His Comets  a  la par la proyección de sus dos películas en los cines de época de Capital Federal, formó el primer grupo de rock and roll  del país: Mr. Roll  y  sus  Rocks  y así imprimió su primer disco, inaugurando la llegada  del rock a nuestro país en su versión local como nueva expresión artística.
El “premio” llega al siguiente año, cuando el mismísimo Bill Halley  los elige como acto soporte de su histórica presentación en el país en el Teatro Metropolitan.
Ya en los '60, inicia con su banda una gira  europea  y  a  su  regreso, Eduardo inicia su carrera en la televisión e integrando el  Club del Clan, cantando versiones en español de clásicos del rock y paralelamente a esto, comenzó también a explorar  su  veta  humorística, formando  parte  de  Operación  Ja Ja y luego junto al desaparecido maestro rosarino, Alberto Olmedo, No toca botón. Ya en el año 1965, recibe el premio Martín Fierro como revelación del año.
Luego, fue protagonista de varios films nacionales de humor en su mayoría y
hacia a fines de los '70 sufre una trombosis cerebral, limitando  así  su actividad lentamente. Fallece en el año 2000 a la edad de 72 pirulos víctima de una insuficiencia cardiorespiratoria y con él se iba detrás la historia  del verdadero primer rocker argentino que no figura en todos los libros.
Salud Don Pequenino, ya mis líneas hicieron que la balanza del  rock se incline hacia Ud. merecidamente. -

> Por José I. Alfageme.



lunes, 25 de julio de 2011

Whatever Nro 8






















Ya circula en la ciudad el octavo ejemplar de Whatever. Un nuevo número y una nueva apuesta idiosincrática y radical en los artículos firmados por los llaneros de las palabras: Sparrow. V.M., Error, Simon On, y Pai.
A por él, tropilla, que no quede ni uno.

:: “No rules”, canción de GG Allin & The Jabbers perteneciente al Ep No rules, de 1983.

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> Para conseguirlo (con total seguridad) en la ciudad de Santa Fe:

* Hunab Ku (San Martín 2047, local 2)
* Genesio Tattoo (Galería Colonial, frente a Megaforce)
* Metavisual (Hipólito Irigoyen 2985)
* AMR (Salvador del Carril 1512)
* San Francisco tatto & piercing (Salta 2641, Gal. Sol Garden local 6, 10 y11)
* Tao Sur body piercing studio (San Martín 2047, Gal. Rawigo local 14)
* Del Otro Lado Libros (25 de mayo 2889)
* Dylan (San Martín 2171, Gal. Sol Garden)
* Harley (San Martín 2254, local 21)
* Spiderman (San Martin 2185, local 21)
* Megaforce (Galería Colonial, local 33)

> Universidades, bares, cineclubes, otros locales del centro de la ciudad también lo tienen... busquelo, anímese a preguntar por él y si no lo tienen exiga su ejemplar.

> En la ciudad de Esperanza:
* La Viola Music (Sarmiento 1973)

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:: A partir de la semana que viene podés encontrarlo en las ciudades de: 

> Rafaela:
* Chivas Body Art (San Martin 577) 

> Paraná: 
* Satori (25 de Junio 214)
* Yuba City (San Martín 728)
* Splinter Tatto & Piercing (Santa Fe 102, local 5)

> Córdoba:
* Centro Cultural España Córdoba (Entre Ríos 40)

> Rosario:
* El Buho (Sarmiento 920, local14)
* Music Shop (Sarmiento 780)

> Capital Federal:
* Art Factory (Piedras 545 - Barrio San Telmo) - Ciclo “Movie Nights”
* Emergente Bar (Gallo 333) - Barrio Abasto) - Ciclo “Goodbye Monday”
* Salas Sr. Thompson (Thompson al 300 - Barrio Caballito)
* Estudio Fuera del Túnel (Boyaca 545 - Barrio Flores)

viernes, 1 de julio de 2011

Whatever Nro 7: Pet Sounds - 45 años






















Y se venía amasando y amasando en la cabecita. Mr. Brian Wilson estaba bastante podrido de hablar de cómo “nena, voy a llevarte en mi auto por la playa. Quiero surfear por tu amor”. Ya no, era patente que su idea de la diversión californiana a esta altura pasaba por otro lado, allá, hace 45 años, en 1966. Debe ser que haya, enhorabuena, flipado con el Rubber Soul y finalmente esa sensación de autodescubrimiento, se activó.
Pet Sounds, es así de paradójico, tiene una de entrada una concepción babilónica pero asombra en su simpleza: las ganas que  dan de volver a escucharlo, la comodidad que trasmite a pesar de las infinitas complejidades que rodearon su proceso de construcción. Imposible no celebrarlo, imposible evitarlo.
Es el sello de Wilson despuntando por todas partes, las melodiosas voces finitas y aguditas que caracterizan a los Beach Boys y que te permiten distinguirlos del resto, pero esta vez pensadas en proporciones épicas, como nunca antes lo habían imaginado. Ya consolidados, a los muchachos playeros, les llegaba la hora de grabar su placa número once. Carente totalmente de inspiración, Wilson inauguró esa sana competencia cuando, en simultáneo, se inspira y anhela superar a los Beatles, gestando un disco que sugiera una coherencia circular y atrapante, que sobrepase una mera colección de canciones y edifique una conceptualidad. Sobraría agregar que hasta ese momento en el pop/rock comercial no sobraban estos intentos, justamente, lo que los impedía muchas veces era la manera de trabajar de las discográficas que exigían simples previos, separados de los álbumes, no como adelanto, sino por contrato, la gran mayoría de las veces. Pocos pudieron separarse de una forma interesante de ese método, entre ellos, obviamente, los Beatles y The Byrds, entre no muchos más. The Beach Boys tuvo su turno, su momento de desarmar sus formas y acabar con la fácil idea de una banda solamente amigable. Brian Wilson fue el impulsor de ese desafío, que sin saberlo, formaría parte de un hito; sin él hubiesen sido impensables muchas concepciones estilísticas y de trabajo en estudio.
Con revolucionarios métodos de producción, Don Brian trabajaría hasta el hartazgo en perfectos procesos vocales, orquestaciones, arreglos, y una inestabilidad mental latente que no quería renunciar, pero que no tardaría en tocarle la puerta. Pensando en lisergia y Phil Spector, Pet Sounds fue creado a partir de una serie de capas sonoras que acolchonan un viaje solar. No es una nave, es una alfombra mágica. La idea de perfección que se tenía difería en muchos sentidos del ideal común.
Pocos pueden comentar que poseen un legado de ese calibre, incluso recordando que el mismísimo George Martin reconoció que sin este disco nunca hubiese existido el Sargent Pepper tal como lo escuchamos hoy. Su influencia penetró hasta a los mas iluminados compositores pop.
45 años ya pasaron desde esta sigilosa forma de sugerir a la psicodelia, llenándola de arena y animales de zoológico, canciones de descomunal hermosura… recordando siempre hay espacios y aspecto que quedan incompletos y la música está ahí para decolorarlos, enseñarles a comportarse de la manera que uno elija y pensar que la inmortalidad mas allá de. A veces ser un estigma, también puede sacarte una sonrisa.


> Por Luis Meinberg