viernes, 1 de julio de 2011

Whatever Nro 7: Pet Sounds - 45 años






















Y se venía amasando y amasando en la cabecita. Mr. Brian Wilson estaba bastante podrido de hablar de cómo “nena, voy a llevarte en mi auto por la playa. Quiero surfear por tu amor”. Ya no, era patente que su idea de la diversión californiana a esta altura pasaba por otro lado, allá, hace 45 años, en 1966. Debe ser que haya, enhorabuena, flipado con el Rubber Soul y finalmente esa sensación de autodescubrimiento, se activó.
Pet Sounds, es así de paradójico, tiene una de entrada una concepción babilónica pero asombra en su simpleza: las ganas que  dan de volver a escucharlo, la comodidad que trasmite a pesar de las infinitas complejidades que rodearon su proceso de construcción. Imposible no celebrarlo, imposible evitarlo.
Es el sello de Wilson despuntando por todas partes, las melodiosas voces finitas y aguditas que caracterizan a los Beach Boys y que te permiten distinguirlos del resto, pero esta vez pensadas en proporciones épicas, como nunca antes lo habían imaginado. Ya consolidados, a los muchachos playeros, les llegaba la hora de grabar su placa número once. Carente totalmente de inspiración, Wilson inauguró esa sana competencia cuando, en simultáneo, se inspira y anhela superar a los Beatles, gestando un disco que sugiera una coherencia circular y atrapante, que sobrepase una mera colección de canciones y edifique una conceptualidad. Sobraría agregar que hasta ese momento en el pop/rock comercial no sobraban estos intentos, justamente, lo que los impedía muchas veces era la manera de trabajar de las discográficas que exigían simples previos, separados de los álbumes, no como adelanto, sino por contrato, la gran mayoría de las veces. Pocos pudieron separarse de una forma interesante de ese método, entre ellos, obviamente, los Beatles y The Byrds, entre no muchos más. The Beach Boys tuvo su turno, su momento de desarmar sus formas y acabar con la fácil idea de una banda solamente amigable. Brian Wilson fue el impulsor de ese desafío, que sin saberlo, formaría parte de un hito; sin él hubiesen sido impensables muchas concepciones estilísticas y de trabajo en estudio.
Con revolucionarios métodos de producción, Don Brian trabajaría hasta el hartazgo en perfectos procesos vocales, orquestaciones, arreglos, y una inestabilidad mental latente que no quería renunciar, pero que no tardaría en tocarle la puerta. Pensando en lisergia y Phil Spector, Pet Sounds fue creado a partir de una serie de capas sonoras que acolchonan un viaje solar. No es una nave, es una alfombra mágica. La idea de perfección que se tenía difería en muchos sentidos del ideal común.
Pocos pueden comentar que poseen un legado de ese calibre, incluso recordando que el mismísimo George Martin reconoció que sin este disco nunca hubiese existido el Sargent Pepper tal como lo escuchamos hoy. Su influencia penetró hasta a los mas iluminados compositores pop.
45 años ya pasaron desde esta sigilosa forma de sugerir a la psicodelia, llenándola de arena y animales de zoológico, canciones de descomunal hermosura… recordando siempre hay espacios y aspecto que quedan incompletos y la música está ahí para decolorarlos, enseñarles a comportarse de la manera que uno elija y pensar que la inmortalidad mas allá de. A veces ser un estigma, también puede sacarte una sonrisa.


> Por Luis Meinberg

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