Las expectativas que se generan año a año con las bandas nuevas hacen que los críticos musicales y los medios (más los de afuera que los nacionales) proclamen de a meses la gran “cosa” nueva que debemos escuchar y tener en cuenta. Luego el tiempo pasa y de estas bandas nadie se acuerda porque seguro el trono de lo “nuevo e imperdible” lo poseerá un nuevo grupo. Pero las apuestas se hacen, se hypea, se da manija a más no poder y realmente pareciera que nunca se llega a encontrar esa gran revelación ni tampoco un gran cambio. Si, está claro que depende el origen de la divulgación (americana o inglesa, las das grandes potencias tira bombas mediáticas de la música) uno ya puede intuir de que va la cuestión. Lo cierto es que hace muy poco se editó el último disco de Kid Congo and The Pink Monkey Birds, que no es una banda nueva, que cuenta con un integrante como Kid Congo Power, guitarrista domador de bandas de culto (The Cramps, The Gun Club, Nick Cave & The Bad Seeds), y que por su reciente material, obviamente de escasa difusión, merece un reconocimiento entre los grupos de rock que velan por sobresalir o diferenciarse del resto, sin llegar a transformar sus canciones en extravagantes piezas musicales.
Con lo que juega Kid Congo… es con lo que muchos intentan y no logran satisfacer: rock and roll… emocionante y gozoso en su totalidad, mágico, profundo e intimo cuando tiene que serlo y extensivo sonoramente. Algunos referentes podrían ser Screamin´Jay Hawkins, Los Lobos, The Fall, The Stooges y por supuesto las bandas que integró Powers. Gorila rose es el nombre del material que acaba de editar la banda en el que quizá algunos no encuentren la gran cosa por venir, pero si una cosa es segura es que se ganaron un espacio entre lo más destacable del año tocando rock and roll. -
> Por Lucas S. Lapalma
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