Se
puede decir y asegurar que incorporar influencias del folk medieval británico
no es de lo más común dentro del escenario regular del underground, pero como
las excepciones modifican la regla presentamos a tres chicas de Liverpool
llamadas Stealing Sheep que si lo hacen.
Ninguna de las listas de elección de “mejores discos de
2012” nombró a Diamond into the sun
de Stealing Sheep, una injusticia con sabor a placer de pocos. Y es que las
inglesas editaron un disco genial empapado de armonías de otro mundo, ceñidas
en un aire inquietante de renovación que fue el encargado de marcar una holgada
diferencia dentro de un ambiente agotado, repetitivo, de sonidos y estéticas calcadas.
El trío se desmarca de las bandas contemporáneas formadas
sólo por mujeres, manteniendo uno pocos puntos de relación con Warpaint (en el
trabajo de voces y los ambientes enigmáticos). Una de las razones por las que
las chicas sobresalen, es por su extraña formación instrumental: Emily Lansley
se encarga de la guitarra y pone su voz al frente; Rebecca Hawley suma su canto
a las canciones mientras toca su sintetizador y Lucy Mercer, la tercera en
vocales, es quien hace que el trance funcione fundida en un set de percusión
que sería la envidia de Moe Tucker (The Velvet Underground).
Tratando de encontrar una forma de definir su música, las
chicas proponen un axioma laberíntico que intenta desglosar la peculiaridad de
su sonido: “Voodoo-pop de Liverpool.
Psicodélica folktrónica. Sintetizadores medievales, ritmos hipnóticos,
guitarras whammy en espiral, armonías místicas y zumbidos de truenos
apocalípticos”.
Analizado minuciosamente este revuelo de frases e
ilustraciones se acerca al universo divino creado por las armonías de Stealing
Sheep. Las irresistibles melodías de sus canciones y el tribalismo con aire
aterrador, cerebral, crean un hechizo en el que disfrute, baile, éxtasis y
fantasía, pelean por ganar protagonismo estremecidas por las voces de unas sirenas
paganas, rurales, con poder para encantarnos con temas como “Genevieve”,
“Rearrange” o “Tangled up in stars”. Quizá esa misma reacción hizo que Heavenly
Recording (sello independiente que también edita a Temples y Charlie Boyer
& the Voyeurs), se interesara en hacerlas parte de su discográfica. Por lo
pronto, paren antenas, pongan un par de fichas a Stealing Sheep y atrévanse a
caer en la telaraña sonora de las chicas de Liverpool.-
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Por Lucas Lapalma
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