miércoles, 27 de febrero de 2013

Whatever Nro 12: Gruñido californiano (The Growlers)
















El rock de California supo darnos exponentes que dejaron su marca y una interminable influencia que aún hoy se percibe en grupos actuales. Identificadas como las bandas más viajeras amén de su psicodelia paisajística y playera, sumado al estilo de vida modelo de la costa oeste, estas siempre supieron marcar una diferencia estética y sonora. Hoy te presentamos a The Growlers el emblema del sonido californiano en estos días.

 Algunas bandas del Estado: The Beach Boys, The Byrds, The Doors, Grateful Dead, Jefferson Airplane, Love, un buen puñado de artistas reveladores en los 60s. Claro que un tiempo después surgiría también una nueva y masiva ola vinculada a California: Jane´s Addiction, Red Hot Chili Peppers, Faith No more, Fishbone, Primus, pusieron en boga nuevamente al suroeste norteamericano. Por supuesto siempre surgiran nombres nuevos y seguro por año una nueva sensación salida de este lugar se hará oír y captará la atención de muchos oyentes en todo el mundo.
Uno de los nuevos y prometedores exponentes de El Estado Dorado se llama The Growlers, que, si bien se formaron en el 2006, fueron ganando adeptos disco a disco hasta convertirse hoy en la banda estandarte y halagada por los californianos. Solo con escucharlos, ver sus videos y sus performances en vivo basta para quedar engatusados con estos.
Country narcótico, surf music y ese sonido tan atrayente conocido como Skiffle, se fusionan de una manera atractiva, deleitable. En las entrevistas la banda nombra al reggae como otra de sus influencias y repiten el término Beach Goth para puntualizar su música: una etiqueta que los periodistas utilizaban para definir la psicodelia oscura y playera de The Doors; Y ciertamenta algún tufillo de los creadores de “Light my fire” se perciben en algunas canciones de The Growlers, sobre todo cuando lo psicodélico sobrevuela captando esa esencia tan típica de las bandas de la costa del pacífico. 
El viaje es automático y cada nota destila melancolía; los sonidos con reverberaciones (voces y guitarras aletargadas) transforman la realidad, la convierten, nos transportan. Esa forma de presentar y delirar las armonías los hizo ganar acérrimos seguidores a base de bellas canciones: “Empty bones”, Acid rain”, “Graveyard´s full”, “Red tide”, “People don´t change blues”, “Sea lion ghost blues”, “What it is”, todas ellas y un sinfín más cuentan con sus respectivos videos (la mayoría filmado en super 8) donde se los ve disfrutando de sus faenas grupales de un modo en el que no se está acostumbrado a ver dentro del rock de estos tiempos: Imágenes de una gira a través de un desvencijado colectivo donde convergen tablas de skate con instrumentos, alcohol, marihuana, recitales, backstage, músicos y acompañantes divirtiéndose, pasándola bien sin ánimo de fingir poses.
Los Growlers son el bálsamo perfecto, la banda sonora de esos días, noches y madrugadas donde lo que atañe es encontrar una bella armonía que convierta en mágico y único esos pequeños momentos donde escuchar música se vuelve un instante de placer.
Dos discos de estudio, una buena cantidad de singles y un tercer álbum recién salido (con la producción de Dan Auerbach de The Black Keys), valieron para que el quinteto lleve otra vez a California y su tradicional fama de cultora de grandes grupos a nuestros oídos nuevamente. -

> Por Lucas Lapalma.


Video:  The Growlers - "Salt on a slug"

jueves, 17 de enero de 2013

Whatever Nro 12 (Febrero/Marzo)





















:: Después de meses de receso volvemos a editar Whatever. Un nuevo número en el que podrás encontrar notas relacionadas con la vieja y nueva contracultura sonora internacional y nacional: New York, Córdoba, Los Angeles, Santa Fe, Londres, Rosario, Costa Mesa, Capital Federal, bandas, estilos, sellos, discos, el variopinto cultural de las diferentes escenas del rock en un mismo envase ::


:: A partir del Lunes 25 de Febrero conseguilo en la ciudad de Córdoba. Martes 26 en la ciudad de Santa Fe. Con el paso de los días vas a poder conseguirlo en Rosario, Paraná y Capital Federal. ::


> Acá dejamos las direcciones donde podés conseguirlo con seguridad:

> Córdoba <
* Lado B Música (Tucumán 105)
* La Lupita (Galeria Via Nueva / 9 de julio 333, local 19)
* The Velvet-Fashion Store (Galería Paseo del Sol / 9 de julio 150, local 14)
* Wendy Punk (Galería Paseo del Sol / 9 de julio 150, local 31)
* Music Shop (Galería Vía Nuvea / 9 de julio 333, local 32)
* Da House (Av. General Paz 70, local 17 y 20)
* Centro Cultural España Córdoba (Entre Ríos 40)
* Sala Clash City Rockers


> Santa Fe <
* Hunab Ku (San Martín 2047, local 2)
* 1973 Tattoo studio (San Martin 2084, Gal. saguir - local 45)
* AMR (Salvador del Carril 1512)
* Experience Tattoo & body piercing (9 de Julio 2009)
Fuori Di Testa  (9 de Julio 1874)
* Dylan (San Martín 2171, Gal. Sol Garden)


> Rosario (Santa Fe) <
* Music Shop (Sarmiento 780)


> Paraná (Entre Ríos) <
* Satori (25 de Junio 214)
* Satori (San Martín y Urquiza, local 12)



miércoles, 2 de mayo de 2012

Whatever Nro 11: Los expedientes "X" del rock en Santa Fe

:: Los 4 del Rock ::













La arqueología es una disciplina científica que estudia a las sociedades a través de los restos materiales, en esta oportunidad se escarbó para dar con estos archivos inéditos y guardados desde hace casi 5 decenios y así poder comprender y analizar el verdadero origen del Rock en la ciudad de Santa Fe.

Nacido en la ciudad de Santa Fe en el año 1942 bajo el nombre de Emilio Villalta, “Milito” para su familia y más conocido en el ambiente de la música con el nombre artístico de “Emil Villar” para siempre.
Corrían años donde el rock pegaba fuerte en todo el mundo a través de Bill Halley y Sus Cometas (principalmente por sus populares films que fueron estrenados en cines de la época en todo el territorio nacional) y el Rey Elvis.
Así como ocurrió en Capital Federal con Eddie Pequenino, llegó hasta la ciudad de Santa Fe esta “revolución de sonido y movimiento”.
Fue en parte y gracias a la difusión radial de los reconocidos Teen Tops (banda mexicana de fines de los ‘50) que llega aún más a pegar fuerte en el joven Emilio este estilo debido a sus versiones en castellano de clásicos del momento de rock.
Hacia el año 1960, y con 18 años recién cumplidos, aparece en su vida el primer conjunto semi - profesional: Los Panameños, con el cual comenzó haciendo versiones de otros artistas (algo muy común en aquellos años y de toda agrupación que recién se inicia), mezclando algo de música tropical (la cual difiere y mucho de lo que hoy se escucha) y el primitivo rock versionado en castellano.
Esta primera experiencia de casi dos años, lleva a Emilio a formar su propio conjunto, bautizado como Los 4 del Rock a fines de 1961, y naciendo así el primer grupo del estilo que se tiene conocimiento en la ciudad y alrededores.
Luis Ambort en batería, Raúl Sotelo en guitarra (compañero del anterior conjunto), Julio Ceballos en la otra guitarra y posterior bajo eléctrico y obviamente, Emil Villar en voz.
Como no existía otro conjunto del género exclusivamente, tocaban con artistas de otros estilos en festivales y bailes que mayormente se realizaban en clubes y confiterías. Como reza un afiche original de la época, en un ciclo que se realizaba en el “Club Olimpia (pegadito al Cine General Paz)”: “Todos los Sábados y Domingos, a partir de las 22:00 horas, espectáculos y bailes con: Los 4 del Rock (la sensación del momento”).
Llegan también presentaciones en la ciudad de Paraná, en el reconocido y legendario Teatro Municipal 3 de Febrero y visita a la radio LR3 Belgrano con la respectiva nota y actuación.
En el Interior de la provincia de Santa Fe y provincias aledañas forjó mayormente su carrera debido a que la paga era mucho más elevada que en su propia ciudad.
Prácticamente la guitarra eléctrica en un escenario en vivo era algo inaudito en la ciudad, ya que el instrumento si se utilizaba pero en el jazz, el cual era muy difundido en Santa Fe hacia principios de la década del ’60 y tenía su origen en la década del ’50 a través de la agrupación Santa Alhoma (fundada en el año 1954). También se pueden nombrar a Ricardo Klein, Duilio Berardi, Harlem Jazz Band (big band que aparecería en la vida de Emilio un par de años más adelante) y Los Estudiantes por citar algunos.
A la par de su pasión inicial por el salvaje rock and roll, su sueño también era cantar en una big band y esto se hizo realidad en 1964 ya que la Harlem Jazz Band lo convoca para formar parte de ella luego de escuchar una de sus perfomances en vivo junto a Los 4 del Rock. Este nuevo paso en su carrera artística fue algo que le costó mucho debido a que tuvo que dejar a su primer banda de rock formada con amigos. Noches de insomnio previas a tal decisión…
Luego de la excelente experiencia de la Harlem Jazz Band, en 1966 inicia su carrera solista, lo convocan para un show de inauguración junto a otros renombrados artistas de la época del Canal 13 de Santa Fe. En el programa Hogar Dulce Hogar, conducido por  Ricardo Ruiz y Sergio Kipler, Emil grababa una docena de temas una vez por semana que los iban difundiendo durante la emisión de la tarde de dicho ciclo.
Otro sueño, como el de la mayoría de los músicos, era el de grabar profesionalmente y de editar su propio material. El disco de vinilo llegó recién en 1970, año en que logra grabar su ansiado simple (sí, existen múltiples grabaciones que quedaron registradas en todos los programas de radio que visitó desde sus comienzos, al igual que las emisiones televisivas). Se grabó en la localidad de Colastiné en cinta magnetofónica con su conjunto de ese momento, Los Diablos, y este registro se llevó a los estudios Odeón (Capital Federal) a mezclar y masterizar de la mejor manera y que tenían a su alcance. “Una flor cayó” (tema de su autoría) de un lado y “Lejos de los ojos” (versionada por Dyango, que la hizo conocida, tema que varía su título original de acuerdo al país). Un 45 RPM editado de manera independiente, el Sr. Esperatti (dueño de la disquería La Fortuna situada en calle Aristóbulo del Valle) fue el que se hizo cargo por completo de la edición y las correspondientes copias para posteriormente venderlas y distribuirlas desde su local propio. Tuvo su respectiva difusión en las radios del momento.
Gané mucho dinero pero así como lo tuve, lo disfruté”… relata Emilio, recordando aquellos “años locos”.
Los últimos shows en vivo fueron en 1973 en el Club Ferrocarril del Este en la localidad de Diamante (Provincia de Entre Ríos). Dejó de cantar por motivos personales ya que la vida no siempre nos juega una buena pasada.
Como anécdota, se puede mencionar también que el creador de la cumbia santafesina como género propio, pisó por primera vez las tablas y sintió la adrenalina de un show en vivo siendo guitarrista de Emil Villar y su conjunto, estamos hablando del Sr. Juan C. Denis, que más tarde forjara grupos reconocidos, compositor y autor de variados éxitos del estilo.
Luego de esta “sensación del momento” en lo que respecta al rock en sí, hubo otras expresiones del género en la ciudad. En el año 1963 The Jimmy Boys primitivo grupo de Rock básico formado por alumnos del Colegio La Salle Jobson, se encargaba de animar fiestas estudiantiles. Formado por: ldo Cappiello (guitarra), Enrique Gambogi (guitarra), Raúl García (piano) y Rubén Robles (percusión). En 1964 nacen Los Vampiros, que es la continuación de la anterior banda con el agregado de Francisco Bellomo que no concurría a esa Institución estudiantil en batería.
Ya hacia 1965 el género “explota” y aparecen los artistas, compositores y las bandas más reconocidas a la par de que también comienzan las obras propias y la genial poesía contemporánea de aquella época con festivales propios incluidos del estilo, algunos hasta precursores en el país.
La historia continúa, pero a manera de merecido homenaje y contribuir a la particular historia del origen del Rock en la ciudad de Santa Fe, aquí está Emil Villar.-

P.D.: como dato anecdótico, el entrevistado en cuestión es tío segundo de quien escribe.

> Por: José I. Alfageme

martes, 24 de abril de 2012

Whatever Nro 11: Sun Records


Aunque no lo veamos… el sol siempre esta 














Muchas fueron las industrias discográficas independientes en la década de los ’50 en Estados Unidos que se disputaron aquel nuevo mercado, pero ninguna llegó a tener tanta influencia en el desarrollo de los nuevos sonidos como esta compañía.

Sabía realmente Don Sam Phillips allá por comienzos de los años ’50 (precisamente 1952) que el sello que fundaría se convertiría en EL sello del primitivo rock and roll? A pesar de desaparecer “formalmente” hacia fines de los ’60, el mismo fue adquirido y continúa aún hoy reeditando aquellas geniales joyas que formaron la Biblia del género.
Lo que hoy se conoce con este nombre estandarte y emblemático del Rock, en realidad no comenzó siendo un sello discográfico propiamente dicho. Hacia 1950, era un modesto estudio de grabación (Memphis Recording Service) ubicado en el número 706 de la Union Avenue, a pasitos nomás del centro de la ciudad, local que anteriormente  funcionaba almacén.
En sus inicios, este estudio no tenía potenciales clientes e inclusive, su “slogan” de época rezaba: “We Record Anything, Anywhere, Anytime”, es decir: “Grabamos cualquier cosa, en cualquier lugar y a cualquier hora”.
Tal como decía su publicidad, el mismo ofrecía el servicio de grabar en estudio portátil y grababa cualquier acontecimiento social (desde conciertos, coros de iglesia, discursos y hasta… funerales!) que luego se emitían por las radios locales.
Este servicio funcionó desde un primer momento independientemente de la futura creación del sello discográfico propiamente dicho. Phillips anteriormente (en la década del ’40) ya tenía en su cabeza la idea de grabar y editar música “nueva”, ya que para él las grandes orquestas de swing (música que dominaba el mercado en esa década) ya estaban agotadas para el público consumidor.
Esta apuesta, inicialmente, no tuvo el éxito que él esperaba ya que no encontraba un público concreto para ese nuevo mercado, el buscaba grabar música más “simple” y con menos integrantes que las numerosas “big bands” del momento.
Luego de fracasar en su primer intento, ingresa a trabajar en sellos más establecidos apuntados hacia el público de Blues, como Chess Records y Modern, los cuales le delegaban artistas como B.B. King a que grabaran en su estudio y luego ellos lo editaban.
Es entonces, que en Marzo del ’52, él re-abre su propio sello discográfico ya con el nombre de Sun Records. Los problemas financieros seguían estando y es exactamente por esa época que Phillips pone especial atención en un nuevo y joven músico de solamente 18 años que estaba captando a toda la prensa y el público… estamos hablando de Elvis Aaron Presley.
Todo lo que vino a partir de ese momento, fue cuesta arriba y prácticamente cada estrella del “nuevo” género quería grabar con él y ser publicado por Sun Records ya que aseguraba una fructífera carrera tanto en shows como en ventas. Por allí pasaron entonces, figuras como Jerry Lee Lewis, Johnny Cash y Carl Perkins entre tantos otros (estos tres monstruos junto a Elvis llamados por el mismo sello como el “cuarteto del millón”).
Muchos de estos grandes artistas (algunos inclusive en actividad actualmente) quedaron sobreviviendo en el mercado de la música sin pena ni gloria, debido, muchas veces a las pésimas decisiones financieras futuras elegidas por Philips. Grandes músicos como Billy Lee Riley o Sonny Burguess se vieron atrapados en medio de contratos sin la debida promoción que el sello que los contratara creaba.
Hacia fines del ’50, Phillips y el sello seguían lanzando nuevos artistas, cierra el viejo estudio y se traslada hacia unas instalaciones más grandes y cómodas. Aquí el comienzo del fin, ya que lentamente su poco interés en la industria discográfica y el cansancio de lidiar con artistas como Jerry “The Killer” Lee Lewis por su comportamiento y adicciones, lo lanza de lleno al mundo radial, abriendo así varias emisoras. Es allí donde Sun Records pasa de ser un estudio innovador a uno tradicional que lentamente se va muriendo y finalmente es vendido a Mercury Records en 1968.
Pasaron varias décadas y finalmente hacia fines de los años ’80, las viejas instalaciones del “almacén” reabren sus puertas fundamentalmente como atracción turística, restaurándose a imagen y semejanza del original, aprovechando también por aquella época la reunión de artistas como Roy Orbison, Jerry Lee Lewis, Johnny Cash y Carl Perkins para promover un álbum titulado Class of ‘55.
Hoy, el estudio funciona como atracción turística durante el día y como estudio de grabación en jornadas nocturnas con un equipamiento totalmente nuevo acorde a las nuevas épocas, quitándole obviamente todo su atractivo original.
Se ha creado a su vez, un museo con las reliquias de grabación que aún siendo obsoletas actualmente funcionan como carnada a los turistas para sacarse fotografías con ellas emulando a los antiguos e inoxidables ídolos del Rock de antaño.-

> Por José I. Alfageme

miércoles, 18 de abril de 2012

Whatever Nro 11: Discos

Discos Independientes:

Pepe Corneta – Venceremos 

















Abanderados necesarios del lo-fi Paranaense, Pepe Corneta, viaja en paisajes utópicos, llenos de pasión y muerte, en este comprimido de ocho temas que no llega sobrepasar los veinte minutos de duración. Envueltos en aureolas avant garde que los emparentan con The Velvet Underground, con aquellas bandas del post punk más krautrockero, o con ese preciosismo clásico del primer synth pop, la banda solaza canciones con tan sólo una voz, guitarra, un bajo y un Casiotone lleno de magia que disfraza los climas sonoros del álbum con una delicadeza y simpleza admirable. El folk dark “Corto Maltés” nos rememora a Ultravox por sus resonancias oscuras mientras Pichu canta y cita un escrito de Roberto Pratt. Los homenajes se suceden desde lo poético y el grupo se encarga de musicalizar extractos de poemas de Walt Withman y Ezra Pound´s. Como si fuera poco se apoderan de un discurso de Evita Perón y deciden samplear un extracto de él en “Marcha del desván”. Un tridente irresistible: “Pepe Corneta”, “El mensaje” e “Imagen”, resplandece la placa y pide a gritos más minutos de canción, pero mejor quedarnos con esa sensación y esperar con ansias por un segundo trabajo de los de Entre Ríos.-

> Por  Lucas S. Lapalma

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Infusión Kamachuí - Equinoccio uno  

















Grata fue la impresión que me brindó este CD. a primera oída de esta joven banda santafesina. Si están buscando algo original y alejado de los típicos sonidos y estilos dentro de la amplia gama que nos ofrece el Rock, esta es una de las bandas locales que apuestan con creces a eso y van por más. Una delirante pero ordenada y bien lograda fusión de variados estilos que conviven dentro de estas 7 canciones propias grabadas y masterizadas por Gonzalo Torres en los Estudios Sonic Wave. Se denota un gran trabajo y dedicación en la ejecución de todos los instrumentos y una poesía diferente y original en el panorama de rock local. Imaginen un cóctel” entre el “Flaco” Spinetta, Faith No More y Pez con algunos sutiles elementos autóctonos (especial atención auditiva al tema “Laberinto sepia”, un frankenstein de todos estas influencias nombradas). La banda viene evolucionando desde el 2005 (año de su formación), con una producción anterior también independiente (Don Gregorio sessions). En este reciente trabajo el quinteto desnuda una maduración evidente y un nuevo viaje que supongo continuará en la segunda parte de esta obra conceptual programada para editarse durante el transcurso de este año.-

> Por José I. Alfageme


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Discos Nuevos:

Trailer Trash Tracys - Ester

















Los Trailer Trash Tracys son un cuarteto oriundo de Londres, y Ester, es su primer larga duración, lanzado en enero de 2012. Inclinados hacia un dream pop bien oscuro, y por momentos, psicodélico, los londinenses no tienen miedo en dejar en claro - y con mucha gracia - cuáles son sus influencias. “You wish you were red” es el single perfecto, indie pop sin grandes pretensiones, que cumple a la perfección. Pero en el otro extremo, también está “Starlatine”, un acercamiento a Animal Collective, y “Black circle”, con sus alocadas líneas de bajo que hacen pensar en un Primus más “light”. Para el final, “Turkish heights” (un homenaje al The Cure más melancólico). Durante todo el disco, los denominadores comunes son las líneas de bajo bien contundentes, la calida voz de su frontwoman, que se pierde entre todas las pistas: mucho reverb, y sobre todo, ese constante feeling bien darkie. En líneas generales, Ester exhibe un gran abanico de sonidos, de todas las variedades, pero conjugados con gran maestría en 10 canciones. Ver que desplieguen tantos colores en este, su primer lienzo, no hace más que convertirlos en toda una promesa.-


> Por Lautaro Albarenque

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Viticus - Rock local















Definitivamente, el disco que mejor suena de los cuatro editados de este quinteto (actualmente cuarteto tras el alejamiento del guitarrista y compositor “Arito” Rodríguez). Víctor “Vitico” Bereciartúa sigue como siempre al frente de este nuevo trabajo, donde se pueden vislumbrar aún más que en sus anteriores registros sus verdaderas raíces rockeras, que ya cargan en sus espaldas más de 4 décadas sobre los escenarios. Grabado durante el mes de Agosto de 2011 en estudios El Abastito, estas doce composiciones propias con el estilo típico del grupo que posee esa mixtura entre los más rockero de Riff, blues eléctrico y pinceladas de rock sureño (sobre todo desde el trabajo de las guitarras). Sobresalen en este compacto los temas “Últimamente”, “Los perros ladran” (ambos compuestos por el “Canciller”). Hay lugar también para un tema en plan rockabilly como “Llego tarde” (cantado por “Arito”), otro en el cual se hace cargo Sebastián (guitarra) de las voces (“Humano”) y por primera vez se anima a hacerse cargo de la voz líder en un tema, Nicolás Bereciartúa en la canción “Nueva mujer”. Si lo tuyo es el rock sin vueltas y excelentemente tocado, corre urgente a por él! -

> Por José I. Alfageme


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Discos viejos: 

Television – Marquee moon

















Resulta que aquellos discos que supieron mostrar nuevos lenguajes y redefinieron el sonido del rock hace más de tres décadas ya se han convertido, también, en clásicos por derecho propio. Esa es la sensación que queda después de escuchar Marquee moon a poco de su cumpleaños número treinta y cinco. Sus canciones son parte de la historia de la música pop porque, más allá de haber representado un quiebre dentro de un status-quo determinado, también son capaces de hablar por sí mismas hoy, ahora. El riff de “Venus”, la progresión de “Marquee moon”, “Prove it”, “Torn curtain”, “Guiding light”. Con esa extraña mezcla de elegancia arrogante, crudeza controlada y una catarata de melodías punzantes, se han convertido en ejemplos que definen no sólo un tipo de sonido, sino también un planteo particular sobre el lugar y la función de cada instrumento. Y, como si fuera poco, han dado forma a una tradición estética que hoy reverbera en todas partes y se multiplica como influencia de nuestra propia contemporaneidad (“las-guitarras-a-lo-Marquee-moon”). -

> Por Juan Manuel Pairone

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Hüsker Dü – Candy apple grey

















Por lo general, un buen disco tiene 3 temas que son excelentes. Es muy raro encontrar uno donde todos sean hits. Candy apple grey es uno de ellos.
Hüsker Dü es de esas bandas que por alguna razón no logró entrar a las grandes ligas, pero a lo largo de casi una década llegó a un nivel de innovación poco visto en los 80s. 
Con su quinta placa,  el trío de Minneapolis llega  a su apogeo creativo. Bob Mould junto a Grant Hart lograron despegarse del todo de su pasado hardcore, para experimentar con melodías y distorsiónes.
Es evidente la influencia que ejerció este disco en muchas bandas del llamado rock alternativo.
Creo que Hüsker nos demuestra que se puede tener un pasado “duro” y amar la melodía sin ningún problema. "I dont Know fou sure" es ami nentender, el mejor ejemplo de lo dicho anteriormente. 
En fin, Candy apple grey es, sin duda, la puerta de entrada para conocer el maravilloso mundo de Hüsker Dü.- 

> Por Kevin Hunter