jueves, 10 de marzo de 2011

Whatever Nro 5: Por siempre Trípoli...


Radio Trípoli Discos  es  el sello  independiente  precursor  en nuestro país que se dedicó casi exclusivamente al género punk y sus afines, al menos en sus primeros años de gestación.
El sello inicialmente fue una idea de Sergio “Chuchu” Fassanelli (por entonces baterista de algunas novatas bandas punks de mediados de los años '80, como Jóvenes Transmutados y luego Comando Suicida) y de Walter Kolm (hoy trabajando en Universal). Sobre estos dos nombres pilares se cimienta el mito de este original sello, cuyo nombre es un homenaje a Muammar Al - Gadafi (líder libio y autor de El libro verde) y por la capital de ese país africano (Trípoli).
Supongo que la mayoría asocia al sello solamente con el venerado compilado  Invasión '88, pero  pocos  saben  que  ese  vinilo (transparente, para más datos) fué su quinta producción, detrás  de verdaderas joyas de esas épocas como  Sentimiento Incontrolable, Massacre Palestina, Perfectos Idiotas (hoy Karamelo Santo) y Comando Suicida. Aunque muchos aluden que  el  compilado fue el puntapié inicial para la difusión del punk en nuestro país, lo cierto es que, gracias a bandas mucho más  antiguas  como  Los Violadores, Alerta
Roja, Muerte  Civil, Los Laxantes  y  Los Baraja, ya  este  género  era  curtido desde fines de los años '70.
Se puede tomar a este sello sí como el que le imprimió una identidad  a  una cantidad de bandas que estaban pululando por el under bonaerense de aquellos años. Le brindó la posibilidad a bandas como Attaque 77  o Flema de hacerse conocidas para luego despegar por su cuenta realizando  su propio camino.
No todo fue feliz con la edición de Invasión, ya que muchas bandas  se  negaron a participar debido a la presencia del único  grupo Oi! (Comando Suicida) debido a peleas entre tribus que de ninguna manera  querían  compartir  un producto artístico con esta banda. Otras hicieron oídos sordos a estas historias y aportaron sus temas para que este vinilo se transforme con  el  correr de los años en una pieza de colección inclusive en el exterior, llegando  a cotizar en promedio unos $400 para el mercado local.
El mérito es doble si además consideramos que en esa época llegar al disco era solamente el placer de los grandes dinosaurios del rock. Fue realmente una transición entre la etapa del cassette y vinilo al CD, que  ya  a  principios de los años '90 irrumpió en Argentina para quedarse definitivamente y  revolucionar un mercado existente, y que  dio como resultado la disolución de las fábricas de discos de vinilo que quedaban  aún en  pie  tambaleando  ante  el
aterrizaje del nuevo formato.
Luego de esta “explosión punk”, el sello observó  con  buenos  ojos producir bandas  tan diferentes  como  Los Auténticos Decadentes (que en  esos años a  su  género  lo  difundían como “anarquía tropical”), Los Visitantes, Bersuit Vergarabat, Memphis o Hermética sin importarles demasiado las duras críticas de los “punks” más puristas de la primer camada.
Ya nada fue igual y el puntapié inicial lo tomaron otros sellos independientes que sumarían a sus filas a muchas de las bandas promovidas  por Trípoli inicialmente. El  sello lentamente  fue  desapareciendo  con  los años, editando discos  compactos  hasta  llegar prácticamente  a  su disolución, sacando de forma muy selecta algunos discos de bandas que llegan a través de “Chuchu” como su eterno productor artístico.

> Por José I. Alfageme.

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