martes, 20 de diciembre de 2011

Whatever Nro 10: The Wave Pictures

















El trío inglés más productivo de los últimos 5 años volvió a editar un nuevo álbum: Beer in the breakers. Y para no perder la costumbre, embiste con su potencial magnético… la canción eterna que nunca quisimos dejar de escuchar.

En una generación preocupada por llamar la atención, la mayor excentricidad es ser normal, y vaya que los integrantes de The Wave Pictures lo son. Su atractivo no es difícil de entender, tocan un pop hechicero, ingenioso y rebosante de sencillez y buen gusto, donde confluyen  Imaginación, melodías envenenadas, humor e ironías, canciones resplandecientes, acordes adhesivos, líneas de bajo que juegan y pasean sin límites sobre las siempre rectas bases de un baterista que no utiliza platillos y se arregla solito con su acotado set percusivo.
Una inmediata comparación los acercaría a The Modern Lovers y al canto desarticulado de Jonathan Richman, la extravagancia sonora de Television y el romanticismo lírico e inteligente (en la clásica tradición británica) de Morrissey. Si el trió logra congeniar y fabricar melodías de buen gusto, cercanas a todo eso que alguna vez quisimos escuchar en las bandas de canciones, es porque logran unir retazos de las telas deshilachadas que dejaron las bandas de la vanguardia lo-fi y el indie.
Año a año tenemos noticias de TWP y sus lanzamientos (de 2008 a la actualidad, editaron 4 discos), sin embargo como cualquier hijo de vecino pasan desapercibidos ante la mirada y oídos de la masa. Visitando lugares comunes donde convergen novias, rupturas, reconciliaciones, la vida rutinaria, situaciones mordaces… David Tattersall (cantante)  lleva su corazón en la mano y se desgarra en cada frase, asumiendo un rol confesional en cada palabra, sin llegar a ser molesto ni petulante, logrando un vínculo común con quien lo escucha, si hasta pareciera que canta lo que cualquiera de nosotros hubiese escrito en situaciones similares, si tuviésemos la virtud de ironizar sobre las ínfimas situaciones de la vida y sus altibajos.
Y ahí están sus retratos para hacer valer lo suyo, las canciones que nunca queremos dejar de escuchar: “In her kitchen”, “Little surprise”, “Pale thin lips” o “Two lemons, one lime”… su legado y lo único importante por valorar.

> Por  Lucas S. Lapalma

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