miércoles, 1 de diciembre de 2010

Whatever Nro 3: Psychocandy (25 años)


The Jesus and Mary Chain - Psychocandy (1985)

Como la historia de muchos de los grupos que marcaron época, la de Jesus and Mary Chain comienza en Gran Bretaña.
Tras la salida de varios singles que ni siquiera sirvieron para que el público murmure sobre su existencia, los escoceses hicieron su debut discográfico en noviembre de 1985 con Psychocandy; un álbum que se diferenció bastante de los editados ese año – basta recordar que para esa época las bandas pop parecían estar más preocupadas por su maquillaje que por generar cambios de raíz en el rock.
Lo propuesto por JAMC era único, tanto así que marcó el sonido por venir en el Indie. A su vez, su estilo y su imagen fueron particulares: con esa actitud de todo me importa un carajo, cercana al hedonismo, con rasgos antisociales, de yonkies aburridos, lejos del narcisismo impuesto por el new romantic.
Pero hablemos de este disco que desde el comienzo con “Just like Honey (una bella y ociosa canción pop saturada de feedback guitarrero que Sofia Coppola se encargaría de redimir en su película Perdidos en Tokio), hasta “It´s so hard” su último tema, nos embebían con maravillosas canciones pop con un insesante fuzz de fondo, verdaderas mareas sonoras y ruido blanco.
Al frente de esta batidora sónica estaba William Reid, un desquiciado guitarrista que junto a su hermano Jim (cantante) se encargaron de la composición del total de las canciones. Completando el cuadro: Douglas Hart (bajo) y Bobbie Gillespie (batería), quien después de esta experiencia, inusual para el ya que no era baterista, formó Primal Scream – banda de la cual es cantante hace casi 25 años. Parte de la extravagancia en el sonido de Psychocandy provenía de la forma en que tocaba Gillespie: lo hacía parado, su set estaba armado solo por un redoblante y un tom de pie, carecía de técnica y por si fuera poco nombraba a Moe Tucker (Velvet Underground) como su influencia.
Hablando de influencias, la imaginería de los hermanos Reid le debía mucho a la Velvet: en “Cut dead” y “Some candy talking” la asociación es inmediata. Pero no todo era terciopelo: en “In a hole” e “Inside me” se acercan a The Stooges; “Taste of Cindy” y “Never understand” suenan a The Ramones; “The Hardest walk” remite a Beach Boys, pero claro, ninguna de estas canciones  suenan exactamente iguales a las de las bandas mencionadas: piensen en Phil Spector al mando de una banda punk tratando de sonar como The Shangri-las, el resultado… lo que logro JAMC con Psychocandy. Un disco que hay que escuchar y si es posible comprar.

> Por  Lucas S. Lapalma

No hay comentarios:

Publicar un comentario