lunes, 17 de octubre de 2011

Whatever Nro 9: La pluma del viejo Joe




















Mi artista favorito de portadas de rock de todas las épocas. El creador de la mascota más mítica y jamás igualada por cualquier banda en el mundo. Nacido hace 63 abriles en Oregon (U.S.A.), transcurrió su infancia con el lápiz en la mano desde su cuna, según sus propias palabras.
Ya desde pibe, consumía sin parar comics y libros con ilustraciones. Sus favoritos en aquellos lejanos años eran The Phantom, El Príncipe Valiente y Terry y los Piratas. Ya más crecido, su interés en el arte y la pintura creció aún más y su camino se inclinó hacia Dore o Moreau, de quienes absorbería como esponja cierta oscuridad que se vería recién reflejada algunos años más tarde en sus futuras obras.
Los Ángeles sería su ciudad en los años de juventud, hacia fines de los locos años ’60. El ácido y la psicodelia lo abrazarían y le darían su bautismo subsistiendo con su arte aún de manera underground, dando sus primeros pasos. Comenzó ilustrando pósters y exhibiéndolos los fines de semana en un circuito formado por varios artistas que a la par estaban iniciando su camino como él. Llegó a formar una pequeña sociedad con dos tipos propietarios de una imprenta y así llevando su arte un paso más allá aún dentro de su corta experiencia profesional, llegando a publicar uno de sus trabajos en la reconocida revista Time y alimentado su background artístico.
Ya en ese momento, buscó trabajar para algunas bandas, las cuales llegaron a través de su mudanza a los Estudios Pacific Eye & Ear Studios. Allí realiza portadas muy luminosas para diferentes bandas: Captain Beyond y Black Oak Arkansas fueron sus laburos más conocidos en aquellos años.
La psicodelia se iba apagando lentamente entrando los años ’70 y consigo trajo una mudanza al viejo mundo. El hard rock se abría paso y Londres era una ciudad donde las bandas salían por las alcantarillas. Allí se dirigió él, buscando nuevas experiencias artísticas y de vida. Tenía algunos contactos realizados de su etapa anterior, sobre todo de las ilustraciones realizadas para comics y algunas portadas de libros, pero el mundo al que él realmente apuntaba y lo seducía, era el rock.
Formó parte de la agencia Hipnosis, especialistas en diseño de portadas de discos de rock progresivo y algunas bandas como Rainbow, Scorpions y AC/DC. Allí, pudo conocer y trabajar con muchas de las mejores bandas del momento: Nazaret, Led Zepellin y Pink Floyd. Igualmente, lo mejor estaba por llegar… y eso fue alrededor de 1975, cuando conoce a Lemmy Kilmister, que acababa de ser expulsado de Hawkwind y estaba nuevamente en Inglaterra con la idea de armar su propio proyecto. Casualidad? Dos capricornianos se hacen amigos y allí comienza otra leyenda. Intercambiaron ideas y opiniones acerca del logo para la nueva locura que nacía (Motorhead). Un híbrido entre un casco de guerra metalizado con una calavera de gorila y una cruza de can con grandes colmillos, cadenas que adornaban su parte inferior darían paso a un emblema tan popular y fácilmente reconocible como la legendaria lengua de Warhol de los Stones, sólo que del hard rock. Lamentablemente, la unión del artista y la banda se vio alterada por un inconveniente de regalías sobre sus trabajos, iniciado a través de la agencia de management que maneja al grupo y fue así como su firma no volvería a vislumbrarse en las nuevas portadas al menos hasta que las partes no lleguen a un nuevo acuerdo y todo parece indicar que así seguirá el pleito iniciado.
La leyenda continúa, los fans de su pluma extrañamos su firma, ojalá algún bendito día ambos caminos se vuelvan a unir. Larga vida Don Joe Petagno. -

> Por José I. Alfageme.


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